Hace unos días fallecía el padre Trinitario Jesús Herrera. En nuestra mente, aun guardamos su gran calidad humana, su empatia y su compromiso con las peñas que por aquel entonces nos abríamos paso en el movimiento romero.
Gran persona y cariñoso, supo ganarse nuestra amistad acompañandonos en todos nuestros actos en los que disfrutabamos de su presencia por su sencillez y mesura, así como el cariño hacia nuestros hijos.
Descanse en paz un hombre bueno, sin pretensiones ni intereses, como la Virgen los quiere y a la que pedimos acoja bajo su manto.
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